Territorios, historias diversas y disfrute: así fue la tercera edición porteña de Feria Salvaje
Territorios, historias diversas y disfrute: así fue la tercera edición porteña de Feria Salvaje
- Algunos de los vinos de Ale Sketini (San Rafael, Mendoza).
- Copa de Feria Salvaje con vino de El Rito Ecoagrícola.
- Vinos y foto familiar de El Rito Ecoagrícola (Valle del Itata, Chile).
- Productores participantes de la charla “Viti-cultura y vinos naturales de Chile”.
- Visitantes en los distintos puestos gastronómicos de la feria.
- Martín Abenel, productor de SanteVins (Bahía Blanca, Buenos Aires).
- Nury Marandet, productora de Expresión Orgánica (Buenos Aires).
- Mateo Gedeo de Jugo Club, representando a Las Payas de Santiago Salgado (San Rafael, Mendoza).
- Rubén Ernesto Kunz, de Vinhos da Rua do Urtigão (Taquara, Brasil), siendo entrevistado por Bruna Fontevecchia, editora de Anchoa.
- María José Garnier, productora de Jardín Oculto (Cinti, Bolivia).
- Arte interactivo en la feria.
- Alejandro Bartolome y Emilia Thomas, productor y enóloga de Pielihueso (Los Sauces, Tunuyán, Mendoza).
- Nury Marandet y Lara Persano, dando la charla y cata “Vermú y Hierbas” como cierre de la feria.
Aroma, color, sabor… Cuando bebemos un vino a conciencia, observamos y analizamos todas sus características, pero lo cierto es que el vino completa su sentido y podemos ampliar su disfrute cuando conocemos de dónde viene, cuáles son las manos que lo elaboraron y cuál fue su propósito. Viviendo en la ciudad no siempre es sencillo conectar con lo que hay detrás de la botella –igual que no lo es con todos los demás alimentos– y ser capaces de valorar por completo lo que estamos tomando. De ahí la importancia de quienes trabajan para conectar a los productores con los consumidores –los sumilleres, los comerciales, los medios de comunicación, incluso– y de los espacios y eventos que acercan los dos mundos, aunque sea por un rato.
Es el objetivo de Feria Salvaje, pionera en Argentina en el universo de los vinos naturales: cuestionando la forma de consumir, de producir, de escuchar y de disfrutar nace este espacio que reúne a productores y bebedores de vinos naturales, libres y biodinámicos. Más allá de lo que puedan significar estas tres palabras –analizarlas y llegar a una definición común nos llevaría horas de interesantes charlas y debates– lo importante de Feria Salvaje es que nos permite a nosotros, consumidores, conocer las historias y las personas que hay detrás de los vinos que alguna vez consumimos y descubrir otros nuevos para llevarnos gratas sorpresas. Es también un evento para ampliar horizontes, como bien expresan desde la organización de la feria, para personas que “están dispuestas a abrir el paladar y la mente para poder expandir y enriquecer sus conocimientos”, para entender que no hay una única manera de hacer (bien) las cosas, que cada territorio y cada productor tienen sus características y que, en un fin último, sus vinos son precisamente una representación de eso.
Feria Salvaje, que nació en el año 2021, con un público post-pandémico sediento de encuentros con otros seres humanos, ya ha celebrado varias ediciones en Argentina –Buenos Aires y Mendoza– y ha viajado a Brasil para unirse a la conocida feria de vinos naturales Naturebas. La de este fin de semana fue su tercera edición porteña y reunió 36 productores del territorio argentino procedentes de las provincias de Mendoza, San Juan, San Luis, Salta, Chubut, Jujuy, Catamarca y Buenos Aires. Además, participaron también diez productores de países vecinos: Uruguay, Brasil, Chile, Bolivia y Perú. Entre todos ellos sumaron más de 150 etiquetas de vino que se pudieron degustar libremente.
Participaron también en esta edición de la feria productores de otros alimentos y bebidas, afines en su filosofía y maneras de hacer a sus compañeros vitivinícolas, y distintos proyectos gastronómicos que se encargaron de que los asistentes comiéramos rico y bien. Todo esto, complementado con charlas, música y arte en vivo, hizo de la Feria Salvaje un espacio para el descubrimiento de nuevos territorios, la escucha de historias diversas y el disfrute. ¿Qué es, pues, el vino, sino eso? 🐟